Por calles llenas de personas andando, se abren espacios dónde poder respirar, creo que son todos de fuera de aquí, me refiero a que no viven en ésta ciudad, son turistas, habitantes pasajeros de éstas avenidas que abandonarán sus calles cuando los vuelos despeguen hacia sus hogares, sus vidas..
Intuyo que prefieren pasear por adoquines centenarios, por rios milenarios, arrás de cornisas de cerámicas pintadas a mano.
¿Y quién quedará una vez todos se hayan marchado? Creo que fantasmas del pasado, duques ataviados de capas en colores de moda de antaño, doncellas en manos de personajes indecentes con oscuras intenciones.
Hay ciudades que viven en la más absoluta soledad, aunque cada día la atraviesen grupos de viajeros, individuos con ganas de VER lo que algún día decidieron.
