Creo recordar el momento justo en que tuve la idea,
comprarme un cuaderno para apuntar todo lo que se me ocurriese y tuviese la certeza que no estaba inventado,
estaba en clase tendría alrededor de 10 años.
Cada vez que se me ocurría algo pensaba.. si lo tuviese lo podría dejar escrito (por el miedo real al olvido).. pues bien nunca lo llegué a tener, me lo imaginaba de anillas con las tapas azuladas y las hojas en color blanco roto más gruesas de lo normal. Tenía a mi alcance libretas, folios, .. pero tenía que ser exactamente como lo había imaginado.
Después de más de 25 años pienso en lo que habría conseguido si hubiese ido atiborrando con ideas seguramente inútiles y surrealistas de escasa utilidad aquel cuaderno.
Hace poco más de un año me hice con uno exactamente como lo había imaginado, casi todos los días acudo a él, a su vacío interminable. Releo líneas que sólo hace unos meses escribí y me sorprendo de cómo ha podido salir tal tontería, en fin no se de que me sorprendo ...
